No siempre quien te deja es un cabrón, no eres un cabrón por dejar de sentir, las cosas se acaban y personalmente veo mucho más cobarde quien no siente nada pero se queda por rutina, por costumbre, por miedo.
Es mucho más valiente dar la cara y afrontar que a veces, el amor simplemente termina, aunque duela, aunque nos joda. A veces simplemente pasa.
Tal vez el amor se acaba, o tal vez es otra quien ahora recibe ese amor, y no…No es ninguna zorra, es simplemente una persona que ha conseguido algo que en su día conseguiste tú. Y no hay que atacarla por ello, tal vez es mejor así, prefiero mil veces más que duerma con ella a que duerma conmigo y se despierte pensando en otra. Eso si que es triste.
A veces no tengo claro si duele más que te dejen de querer o dejar de querer, es triste querer seguir queriendo y darte cuenta que no puedes más, que hagas lo que hagas vas a hacer daño a la otra persona. Os prometo que no es fácil, que hay despedidas que duelen por partida doble
Es mucho más fácil pensar que alguien que se ha ido no te ha querido nunca, tal vez por miedo a aceptar que un día te quiso..Pero ya no. Tal vez para no tener que preguntarte el por qué, para no sentirte culpable de que ya no siga contigo. Es mucho más fácil odiar que olvidar, aunque todos sabemos que detrás de un te odio hay demasiados sentimientos escondidos.
Tal vez, el que se va es el primero que deja de querer, o tal vez está queriendo demasiado y no sabe como quedarse… Quien sabe
Has borrado todos los motivos para seguir creyendo en algo que está completamente roto, has acabado con todos los principios, todos los finales y todos los puntos suspensivos, solo has dejado silencio. Silencio y unas ganas de desaparecer, de salir corriendo para que nadie venga a recordarme que hace apenas unos días se nos veía tan bien juntos…Lo que nadie sabe es que hace mucho que me estaba consumiendo, que hace demasiados meses que esto estaba roto, por mucho que nos empeñásemos en seguir fingiendo que las cosas estaban bien.
Me inventé tantas formas de seguir a tu lado, tantos motivos para quedarme, tantas escusas para no salir corriendo cuando fui capaz de darme cuenta que aquello no era amor.
Te prometo que lo intenté, quise quedarme, pero no pude.
Te prometo que te quería de verdad, incluso demasiado
Y ese fue el error, cuando quieres tanto es como estar borracho; que no piensas con claridad, no te das cuenta de que estás haciendo el ridículo. Pero…al final llega la resaca.
Y lo de…” no vuelvo a beber” o en este caso“no vuelvo a enamorarme”
Pero es que nadie me dijo que cuando le entregas todo a alguien...Te quedas sin absolutamente nada.
Nadie me avisó que tus principios eran todos mis finales.
Nadie me advirtió que cuando tienes que querer por los dos, terminas doblemente jodida.
Pero te prometo…que esta vez no volveré a beber...
Le he dedicado demasiados te quieros al olvido, demasiadas lágrimas al vacío, demasiadas palabras que nunca llegaron a ningún sitio. Te he buscado en primavera ajena, encontré unos labios donde olvidarte pero me inundó el vacío cuando vi que no eran tus ojos los que besaba. Me acosté con tu sombra y me follé tu recuerdo la primera noche que desperté sin ti... Y creo que se enamoró de mi porqué ahora nunca me deja sola. Me bebí cada uno de tus besos hasta vomitar versos que nunca debí escribir. Mentí sobre el amor, me creí poeta para no tener que cortarme las venas, escribí verbos en pasado aún teniéndote demasiado presente. Escribí sobre el sabor de otros labios, le mentí a la memoria e intenté engañar al olvido. Me salió mal como puedes ver. Lo nuestro no fue más que un cuento de espadas, a ver quien coño terminaba matando a quien. Y ganaste... Comprendí que para ti solo fui un verso entre tanta poesía, una metáfora en tu vida, una realidad paralela de un mundo perfecto, un montón de palabras gastadas. Un error que ahora llamas putada. Es cierto que fui la más hija de puta de todas las mujeres solo por despecho, hasta que la realidad vino a recordarme que no hay nadie que folle mejor que ella.
Después de la última decepción me quedé callada, y ahí
supimos que todo estaba roto. Cuando no tuve ganas ni de reprocharte nada, ni
de pedir explicaciones o molestarme en fingir que te creo. Ese es momento de
poner punto y final, cuando ni si quiera te apetece discutir.
Estábamos tan rotos que ni si quiera los besos eran capaces
de arreglar todo lo que nuestras palabras rompían, tan rotos que tuve que
marcharme antes de ver como las ruinas de un pasado me aplastaban. ¿Fui cobarde?
Tal vez, pero no pensaba quedarme mirando cómo todo mi mundo se estaba
derrumbando y no hacer nada por evitarlo. A veces es mejor huir, una despedida a
tiempo también es una victoria.
Era lo mejor para los dos, era momento de dejarnos ir sin
odiarnos antes, sin hacernos más daño, sin portazos.
Y no entiendo tu rencor, es cierto que me fui yo, pero me
abriste la puerta de par en par con tus tonterías, yo salté…Pero fuiste tú
quien ató la cuerda al cuello. Tal vez porque pensabas que no me iría, que sería
capaz de soportar otra desilusión, tal vez debiste escucharme cuando te dije
que era la última vez que me hacías daño.
Pero tú nunca escuchas…se me olvidaba.
Han pasado los suficientes meses para poder mirarte a la cara
y no romperme, y por eso creo que es momento de dejar claro que nunca dejé de
quererte, pero tú dejaste de demostrar que me querías y por eso me fui. Al
final ya no sé si hacías las cosas sin darte cuenta o en realidad estabas
buscando una despedida y eras tan cobarde que tuve que ser yo quien borrara dos
puntos suspensivos y escribiese un punto y final.
No sé, y ya no importa. Ni si quiera me preocupa si estás
durmiendo con otra, y si es así…Ojala
sueñes conmigo y al despertar no me encuentres por ninguna cama de aquel viejo
hotel donde juegas a olvidarme.
No entiendo por qué quieres volver ahora, justo ahora que tu
recuerdo ya no me roza, justo cuando empiezo a sonreír y no es por tus labios.
Pero si algo he aprendido en esta vida, es que solo debe haber una despedida… y
yo ya me fui. Y volver sería demasiado arriesgado para un corazón alérgico a
los desencuentros.
Tal vez es cierto eso de que has cambiado, tal vez es verdad
que me echas de menos, incluso a lo mejor empiezo a creerme eso de que me
querías, pero hay trenes que solo pasan una vez, y tu rompiste el billete de
vuelta.
Dices que ahora piensas antes de hablar, que ya no mientes,
que para ti sería lo más importante, que has aprendido a escuchar, que ya no
metes la pata cada dos por tres. Dices
que has cambiado pero permíteme dudarte, cuando una persona cambia no lo dice,
lo demuestra. Dices que aún me quieres y…permíteme
dudarte.
Y sobre todo permíteme
que esta vez sea yo quien no tenga dudas de que marcharme en su momento fue
meterle un gol al destino, adelantarme a un final que estaba escrito, y que
dolió mucho menos hacerlo de golpe a tener que esperar a destrozarnos para
decir adiós. Me fui justo cuando aún tenía fuerzas para, a día de hoy, poder
decir: que hay errores que solo deben cometerse una vez.
Si quieres hago una lista con todos mi defectos, podría empezar diciendo que me callo demasiadas cosas y luego por la mínima exploto. Podría contarte que soy un desastre, que siempre apuesto a perder, que pienso demasiado, que le doy mil vueltas a las cosas, que soy una pesada, que no hay dios que me soporte. Que tengo que estar triste mínimo 2 días al mes casi por costumbre, que cometo mil errores al día y me arrepiento al instante. Que soy experta en hacer daño sin darme cuenta. Que compartir tu vida conmigo sería una autentica montaña rusa. Pero, ¿sabes una cosa? Nadie te abrazará por las noches con tantas ganas, nadie se quedará mirando como duermes cómo quien mira al infinito. Nadie va a ser capaz de aprenderse el diccionario de tus silencios de memoria, o de saber que quieres decir cuando no dices nada. Nadie será capaz de hacer sonreír a la tristeza o de dibujar futuros en tu espalda con tinta invisible. Dudo que alguien sienta lo que yo siento cuando te miro, aunque yo no sea capaz de explicarlo, dudo que vean en tus ojos ese algo que veo yo. Dudo que te quieran tan fuerte...Tan de verdad. Al final parece que aún siendo un saco lleno de defectos tengo una virtud y esa es quererte, a mi manera, con peros, con dudas, con reproches, con discusiones, con rayadas…Pero quererte como no he querido a nadie. Ya le lo dije una vez….Podrán quererte mejor, más…Lo dudo.
Estoy harta de que vengas a buscarme cuando ya me he marchado, si sabes que con un quédate es suficiente...¿Por qué no lo dices antes? Estúpida manía de llegar tarde.
Y ese es el problema, que cuando tú llegas yo ya me estoy marchando, y así no vamos a poder coincidir.
Es pura lógica.
Párate a pensar unos días y pon en una balanza todo lo que sientes y en la otra todo el orgullo, los miedos y las dudas. Y dime que te pesa más, y si después de eso te das cuenta que no quieres estar conmigo...al menos aprende a vivir sin mí.
No te quedes en mitad de la nada. Porque dueles.
Si quieres me voy, y esta vez de verdad, para que te des cuenta que en realidad me echas de menos. Y si quieres, cuando vuelvas, fingimos que el tiempo no ha pasado. Pero no va a salir bien... A mí nunca me hizo falta perderte para darme cuenta que quería estar contigo. Y tú parece que solo recuerdas que no quieres perderme cuando en realidad me has perdido.
Ese es el problema, que Yo te quiero como si mañana te fuese a perder, y tu...Empiezas a quererme mañana, cuando ya me has perdido.
Y así no se puede, llegará un día en que mañana será tarde.
Como duele darme cuenta que en realidad no me querías, no supiste valorarme, no me respetaste, no me cuidaste, pero al final me he dado cuenta de lo que realmente me estaba haciendo daño es que era yo quien no me quería.
Tenía tanto miedo a quedarme sola...Que preferí seguir perdonando, aun sin merecértelo. Al final me he dado cuenta que es mucho mejor estar sola que rodeada de mentiras.
Y ahora soy yo quien se está enamorando, de mi misma, quien ya no tiene miedo a ver su reflejo en los espejos, quien sonríe sin motivo alguno, quien ya no tiene que hacerse la fuerte...porque realmente lo es.
Y no ha sido fácil llegar hasta este punto, pero al final he aprendido que si duele no es amor, que es mejor salir corriendo, que no vale la pena. Y menos mal que tuve fuerzas para salir de un lugar que ya estaba destrozado.
Al final la felicidad la tenía a la vuelta de la esquina, solo tuve que tocar fondo mil veces para atreverme a seguir caminando y descubrir que los finales son un bonito comienzo, pero de otra historia. Que las segundas partes nunca fueron buenas. Y lo que una vez salió mal...Volverá a salir mal mil veces. Y en el fondo lo sabes.
Pero nos empeñamos en quedarnos por miedo al cambio, por miedo a ser felices... sí, estamos tan acostumbrados a la tristeza que nos da pánico sonreír por si luego la hostia es más fuerte. Por miedo a la soledad, hasta que te das cuenta que no hay nada más triste que sentirse sola cuando realmente no lo estás.
Pero un día entiendes que en lugar de darle una oportunidad al pasado...Deberías plantearte dársela al presente, que esa es la única forma de construir futuro.
Créeme que la única forma de salir de ahí es quererte tú, y no esperar a que te quieran los demás para sentirte bien.
Porque si tu felicidad depende de alguien...Nunca serás feliz.
Esta vez busca a alguien que te dé siempre la razón, que no se enfade contigo, que haga todo lo que tú quieras, que no tenga dudas, ni celos, que no rompa a llorar cada vez que las cosas no van bien. Alguien con quien no discutas nunca, que no te diga aquello que no quieres escuchar, que no se moleste cada vez que metes la pata, que no necesite que le demuestres que estás ahí, Alguien que no se cabreé por tonterías y luego corra a pedirte perdón, que no sea un completo desastre, que no se raye por cualquier estupidez.
Y ojala la encuentres... Y cuando pase el tiempo te des cuenta que eso no es una relación real.
Y cuando eches de menos que te quieran de verdad, me llamas, y con un poco de suerte entonces soy yo quien no responde
y quizá sea entonces cuando te des cuenta que mi único error,
Si esto va de mentir te diría, por ejemplo,
que ya no dueles, que he borrado tu recuerdo de mi mente. Si se trata de ser
fuerte te diría, por ejemplo, que apenas recuerdo el color de tus ojos, que por
las noches ya no necesito tus abrazos y que el único recuerdo que guardo de ti es
que formas parte del pasado.
Pero si quieres te soy sincera y te digo
que aún miro a mi izquierda cuando despierto esperando ver algo allí que no sea el vacío que dejaste
en la cama. Y en mi vida.
Te puedo decir, por ejemplo, que aún veo tu
risa en el fondo de los vasos cuando intento emborrachar a la memoria, que
todavía sigo buscando tus palabras en el silencio, y que a día de hoy, aún sigo
aferrada a un amor que nunca fue real.
Pero es normal, fuiste la primera vez que
quise con todas las consecuencias, y la consecuencia de querer es tener que
olvidar después. Y los dos sabíamos que
llegaría el día que tendría que olvidarte, pero aún así decidí seguir aquí, esperando
el día que decidieses apartarme de tu camino.
Y menos mal que lo hiciste, no sabes cómo
te lo agradezco, yo no hubiese sabido cómo salir con vida de todo esto, me
hubiese quedado hasta el último suspiro de un amor que nunca fue correspondido.
Quiero decir, yo siempre te quise más y los dos lo sabíamos, lo que yo no supe
es que merecía a alguien que me quisiera en la misma medida. Tienes que entenderme,
no me fui de tu lado porque no tenía fuerzas para despedirme de aquello que…Es
cierto que me estaba matando…pero también me daba la vida. Y menos mal que
fuiste tú quien entendió que hay relaciones que no pueden salir bien.
Ojala hubieses tenido el valor de marcharme
antes, cuando me di cuenta que siempre
era yo quien tenía que buscarte, que hablarte, que amarte… Pero ya lo sabes..No
hay peor ciego que el que está enamorado.
Busqué mil escusas para quedarme, te juro
que lo intenté, incluso por un momento
logré engañar a mi cabeza y pensar que tu también estabas enamorado. Pero al final llega la realidad y te da la
hostia de tu vida. Y menos mal. Hay
despedidas que son tan necesarias…
Después de mucho tiempo he logrado
comprender que ni fuiste un capullo, ni lo único que querías era hacerme daño,
simplemente yo me enamoré y tú solo me quisiste. Y no tienes la culpa de eso,
al contrario, no sabes cómo te agradezco que te fueras en el momento exacto ,
cuando empezabas a doler más de la cuenta. Y si, me hiciste daño cuando te
fuiste pero créeme que era mucho más doloroso echarte de menos cuando aún
estabas a mi lado.
Llueve, y tengo la manía de cruzarme con tu recuerdo
cuando el cielo está gris, tal vez porque recuerdo cada lágrima que derramé en
el momento en que nos perdimos, tal vez simplemente recuerdo todas aquellas
noches escuchando llover juntos desde la ventana. Quien sabe… Pero es cierto
que, cuando llueve, la cama se hace más grande y la habitación más pequeña y me
ahogo aquí dentro sin ti.
La lluvia cae con más fuerza que la última vez, como
con más rabia, como si supiese que te estoy echando de menos y no debería. Como
si cayesen todos los reproches que no tuve tiempo a echarte en cara.
No te guardo rencor, ni si quiera te odio, y me
encantaría hacerlo, así tal vez te olvide de una vez por todas, pero no. Aún
sigo aferrada a un quizá que nunca llega, aún espero ese “ yo también te echo
de menos” que nunca escribes.
Y duele, duele estar aferrada a un hasta pronto, si
al menos me hubieses dicho adiós..Pero decidiste que era mejor dejar un signo
de interrogación abierto por si algún día nos echábamos de menos. Y vaya que si
te echo de menos…Pero parece que soy la única.
No entiendo por qué dejaste la puerta abierta si no
pensabas volver, créeme que duele menos un hasta nunca que un hasta pronto.
¿Hasta cuándo? Hasta que te des cuenta que ya no tienes nadie a quien querer?¿
Hasta que descubras que ya no te espero y entonces te des cuenta que realmente
has perdido y quieres regresar? No, a mí nunca me hizo falta perderte para
darme cuenta que quería estar contigo. Y si realmente a ti te hace falta es
otra señal de que siempre fui yo quien quiso de verdad.
No te culpo, yo también hubiese salido corriendo a
buscar a alguien mejor que yo, pero te
recuerdo que yo supe cómo quedarme cuando el resto del mundo se marchó. Y me encantaría poder quererte mejor,
quererte pero sin peros, sin miedo, sin dudas, sin reproches, pero cuando se quiere, tan fuerte, tan de
verdad es normal que tengas miedo a perder aquello por lo que merece la pena
seguir. Y estoy segura que algún día me entenderás.
Algún día cuando quieras tanto a alguien cómo para
estar dispuesto a darlo todo, te darás cuenta que amor también es enfadarse por
tonterías y correr a pedir perdón, también romperlo todo a trozos y quedarte
para volver a unirlos.
Si de verdad piensas que amor es estar siempre bien,
sin discusiones, sin celos, sin pataletas..Realmente no has estado enamorado
nunca.
Pero ahora ya no importa, ya ni si quiera me queda
tinta para escribir que te sigo queriendo, a pesar de todo, y que tal vez
quererte sea un error pero juntos fuimos un acierto. Y eso no puedo borrarlo
tan fácilmente.
Pero ya no quiero que vuelvas, ¿para qué? Si nunca
llegarás a sentir lo que yo siento, si por mucho que regreses siempre me
quedará la duda de que puedes volver a marcharte en cualquier momento. Vamos a
dejarlo así, con un bonito de recuerdo de lo que pudo ser y nunca será.
Me gustaría prometerte que si vuelves te voy a dar lo
mejor de mi, pero lo hice en su momento…Y parece que no fue suficiente.
Por eso hoy, soy yo quien pone un punto final a tus
tres puntos suspensivos.
Cuando él llega el tiempo parece que va a cámara
lenta.
Cuando se muerde ellabio creo
que hasta el reloj de arena más viejo del mundo no tiene ninguna prisa en
seguir avanzando. Y cuando ríe..Cuando ríe directamente el tiempo se para, se
congela, es como un premio que me da la vida para poder disfrutar más tiempo de
esa sonrisa que parece eterna aunque en realidad dure un instante.El amor tiene que ser algo de eso.
Como cuando me mira a los ojos y todo nuestro
alrededor desaparece, como cuando llega él y el invierno se viste de primavera,
y la primavera de verano y se nos cae la ropa al suelo. Y nos desnudamos sin tocarnos y luego
empezamos a quitarnos la ropa, y la dejamos por el suelo, como banderas
anunciando que esta noche hay guerra de besos en tu cama. Y no pienso darte una
tregua.
Será que cuando tú apareces ayer es hoy y mañana
solo es un prologo de los besos de esta
noche y el pasado es futuro y el
presente lo quiero contigo. Creo que has vuelto loco también al
calendario.
Conviertes días grises
en un lienzo en blanco donde poder dibujar mis penas para luego borrarlas. Y es
que contigo las penas nunca dejan huella. Me curas las cicatrices solo con
rozarlas, coses mis heridas a la vez que desabrochas los botones del pasado y
dibujas un futuro en mi espalda.
He leído tanto sobre el amor que ya no se si
realmente existe, no me creo que alguien que esté enamorado se atreva a
definirlo, ni creo en los te quieros de rebajas, ni en las miradas con lástima,
ni en las segundas partes, Tendré que
dejar de leer sobre ello y escribir nuestra propia definición del amor, o
dejarlo sin definir i convertirlo en una escusa perfecta para seguir vivos. Recuerdo
que alguien dijo que de amor no se muere…pero nadie dijo que no pudiésemos
vivir de él.
Mi vida es como una estación de tren.
Gente que viene y se va, gente con prisa por llegar y sin ganas de irse.
Gente que tiene billete de vuelta y aún así no vuelve.
Despedidas, lágrimas en el borde del anden
Los “te echaré de menos” “Vuelve pronto” “No te olvides de mi”
Las maletas (Siempre tengo la maleta hecha por si en algún momento tengo que huir)
Las idas y venidas, la frase que no dijiste justo antes de que la otra persona cogiese el tren. Las lagrimas cuando el tren se aleja, y tú te quedas mirando sin poder hacer nada.
Fuiste el último pasajero de mi andén, el beso de despedida de dos amantes, el te quiero que no dijiste antes de marcharte, la niña que se despide de su padre llorando, los amigos que no volverán a verse hasta la próxima primavera, los novios que se quieren tanto que la próxima vez que se vean ya no sentirán nada al mirarse a los ojos.
Hace tiempo que mi vida se resume en esperar la próxima despedida, en vivir en estado de espera, en tener un adiós en la boca por si tengo que utilizarlo, subir y bajar de trenes que no llegan ninguna parte, y sigo sin tener dinero para el tren con destino felicidad.
No te pido que te quedes para siempre..Pero quédate al menos hasta mañana. Quédate que estoy cansada de ver gente subir y bajar de mi vida, quédate que sin ti las estaciones están repletas de nostalgia, quédate…que no se seguir si no veo el reflejo de tus ojos en los espejos. Quédate… que el invierno será demasiado frio si no tengo tus manos.
Estoy cansada de trenes que no llegan, de distancias, de kilómetros, de silencios, de decepciones, de los te quiero de rebajas, de los finales que no llegan, del después de los despueses, de la poesía, de todos los poetas, de todo lo que me recuerda que algún día tú también subirás a un tren destino olvidarme. Harta de que mi vida sea una puta estación de tren, con beso de despedida incluido.