Cuando él llega el tiempo parece que va a cámara
lenta.
Cuando se muerde el labio creo
que hasta el reloj de arena más viejo del mundo no tiene ninguna prisa en
seguir avanzando. Y cuando ríe..Cuando ríe directamente el tiempo se para, se
congela, es como un premio que me da la vida para poder disfrutar más tiempo de
esa sonrisa que parece eterna aunque en realidad dure un instante. El amor tiene que ser algo de eso.
Como cuando me mira a los ojos y todo nuestro
alrededor desaparece, como cuando llega él y el invierno se viste de primavera,
y la primavera de verano y se nos cae la ropa al suelo. Y nos desnudamos sin tocarnos y luego
empezamos a quitarnos la ropa, y la dejamos por el suelo, como banderas
anunciando que esta noche hay guerra de besos en tu cama. Y no pienso darte una
tregua.
Será que cuando tú apareces ayer es hoy y mañana
solo es un prologo de los besos de esta
noche y el pasado es futuro y el
presente lo quiero contigo. Creo que has vuelto loco también al
calendario.
Conviertes días grises
en un lienzo en blanco donde poder dibujar mis penas para luego borrarlas. Y es
que contigo las penas nunca dejan huella. Me curas las cicatrices solo con
rozarlas, coses mis heridas a la vez que desabrochas los botones del pasado y
dibujas un futuro en mi espalda.
He leído tanto sobre el amor que ya no se si
realmente existe, no me creo que alguien que esté enamorado se atreva a
definirlo, ni creo en los te quieros de rebajas, ni en las miradas con lástima,
ni en las segundas partes, Tendré que
dejar de leer sobre ello y escribir nuestra propia definición del amor, o
dejarlo sin definir i convertirlo en una escusa perfecta para seguir vivos. Recuerdo
que alguien dijo que de amor no se muere…pero nadie dijo que no pudiésemos
vivir de él.
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