Hace
tanto que compartimos camino que mis huellas se han acostumbrado a ir tras tus
pasos. Tantos lugares donde nos quisimos y tantos donde intentamos olvidarnos
cuando las cosas no iban bien.
Supongo
que sería mentir decirte que las cosas han sido fáciles, porque no lo fueron,
porque nos empeñamos en jugar a ver quien quería más, sin pensar que en
cualquier tipo de relación el resultado debe ser empate. Si gana quien sea;
vienen los problemas.
Y
vienen por ambas partes, porque alguien no puede querer más sin terminar
necesitando eso mismo por parte de la otra persona, casi inconscientemente,
pero cuando quieres tanto necesitas que te quieran igual, por eso de que de
repente te das cuenta que estás dando muchísimo más de lo que recibes, y al
principio puede estar bien; pero termina destrozando porque empiezas a
sentir que tú no importas, y seguramente
si lo haces; pero no en la misma medida.
Por
otra parte tampoco es fácil ver cómo alguien te está pidiendo más cosas de las
que seguramente te apetece darle, y no porque no te importe, sino porque tal
vez estás en otro punto, o porque tienes otra forma distinta de demostrar el
cariño. No lo se, pero en cualquier caso, ninguna relación donde alguien entrega
demasiado y el otro se queda atrás va a funcionar. Y repito, por ninguna de las
dos partes, porque llámalo X se cansará de dar sin recibir lo mismo y llámalo Y
se cansará de que, en cierto modo, le exijas algo que no le sale.
Con
todo esto quiero decir, que quien no te da lo que te gustaría no es un hijo de
puta, no es un cabrón que solo quiere hacerte daño, simplemente no juega en tu
liga, y no debes intentar que juegue tu partido; porque vas a terminar
perdiendo tu. Porque vas a ser tú la que ves que te estás haciendo daño
queriendo por los dos, la que tienes que mendigar un poco de cariño, la que
empezará a pensar que no es suficiente para la otra persona, y no, no es eso; a
veces simplemente hay cosas que no, y esta es una de ellas.
Pues
empezamos justo así, como no hay que hacerlo, jugando a ver quien quería más, y
perdí, perdí porque me di cuenta que en poco tiempo había construido mi mundo
alrededor tuyo (gran error por mi parte por cierto). Perdí cuando me di cuenta
que estaba exigiendo cosas que no debí exigir, cuando me convertí en una
persona tóxica, para mi misma digo, y seguramente también para ti, porque ni yo
merecía mendigar amor, ni tú estabas obligado a dármelo.
Por
eso me alejé, porque empecé a quererme yo, y me di cuenta que no era justo para
ninguno de los dos lo que estaba haciendo, repito; yo no merezco mendigar
cariño, y ya no era eso, es que me estaba destrozando el ver cómo yo no era tan
importante para ti, como tú lo eras para mí. Me dolía ver cómo tú podías vivir
sin mi, y yo empezaba a no poder hacerlo (y si, tienes una relación tóxica
cuando no puedes vivir sin otra persona, la dependencia no es amor) Y era mi
culpa, totalmente.
Así
que me fui, porque te quería y me dolía y sobretodo porque me quise, porque no
iba a seguir enganchada a algo que nos estaba haciendo daño a los dos. A mí,
por tu indiferencia, y a ti al ver que me estabas haciendo daño y no sabías
como hacer las cosas bien.
Durante
un tiempo estuve realmente jodida y lo sabes, aunque nunca te lo dije, pero nunca
pensé que echaría tanto de menos a alguien, echaba de menos incluso las
broncas, el sentirme mal por cualquier cosa que hubieses hecho o que no
hubieses hecho, echaba jodidamente de menos, incluso, tener que correr detrás
de ti, cuanto tu solo caminabas. Ahí fue cuando me reafirmé en que nuestra
relación era jodidamente tóxica, hay que caminar juntos, nunca correr detrás ni
delante de nadie.
Después
de un tiempo donde te puse por los suelos por el simple hecho de que no eras
capaz de sentir lo mismo que yo, me dí cuenta que en todo momento habías sido
sincero, y que no era tu culpa si no sentías aquello. Recuerdo que me dijiste “sería
muchísimo peor mentirte para verte feliz un rato y hacerte llorar toda la vida”
Y me enfadé. Y joder, tenías razón. Ahora sé que tenías razón. Yo no merecía
que fingieras algo que no estabas sintiendo.
Pasaron
los meses y me di cuenta que podía vivir sin ti, perfectamente además, conocí
lo que era la estabilidad (cosa que a tu lado la había perdido por completo al
depender de ti, y no de mi) Descubrí que aquello que tantas veces llamé amor,
no fue más que una obsesión de alguien que necesita urgentemente alguien que la
quiera, lo que no sabía es que ese alguien era yo misma. Porque ahora ni se me
ocurre mendigar el amor que necesito, si no encuentro; me marcho. Y contigo me
quedé tantas veces que terminé odiándote por algo que ni si quiera estabas
haciendo tu.
Volvimos
a vernos cuando las heridas no sangraban ni lo más mínimo , y menos mal, verte
unos meses atrás me hubiese partido en dos por completo, supongo que fue
entonces cuando nos dimos cuenta de que las cosas pasan cuando tienen que
pasar.
Aquella
noche me dijiste que me echabas de menos, y seguramente yo también lo hacía
pero no iba a permitirme que lo supieses. Habíamos corrido tanto en el pasado
que fue jodidamente agradable caminar a tu lado, volver a descubrir aquello que
me hizo querer quedarme siempre. Con una diferencia; esta vez primero estaba
yo, y después el mundo.
Supongo
que lo que fueron 4 conversaciones se convirtieron poco a poco en algo que
empezaba a pasar todos los días, y si, pensé que había retrocedido y estaba
volviendo a jugar a aquello de quererte más, hasta que me dijiste te quiero.
Hasta
que nos dimos cuenta que, esta vez, estábamos empate, yo, había dejado toda
adicción a ti al lado, porque sabía que podía vivir sin ti, y tu, te habías
dado cuenta que podías vivir sin ti, pero no querías. Y fue justo entonces
cuando todo esto empezó.
Al
final, me di cuenta que es cierto aquello de que si no te quieres no vas a
poder querer a nadie, o al menos no vas a poder quererle bien, porque vas a
exigirle cosas que no son suyas, el amor que no sientes por ti mismo; vas a
intentar que te lo regale otra persona, y las cosas no funcionan así.
Se
trata de sumar juntos, de ir de la mano, de caminar juntos, pero nunca de echar
a correr demasiado rápido o de quedarte parado esperando que otra persona sea
quien continúe el camino por ti.
Desde
aquí, gracias por la paciencia, y lo siento por todas las veces que, en el
pasado, me comporté como una persona jodidamente tóxica. Y gracias, sobre todo,
por darte cuenta, que detrás de toda aquella inseguridad, toda aquella mierda,
había alguien que solo se tenía que querer un poquito más, y sobre todo un
poquito mejor, para demostrar que podía hacerte feliz.
Y
menos mal que nos dimos cuenta a tiempo que no se trata de querer mucho, se
trata de querer bien, y que a veces tenemos que retirarnos a tiempo para
conseguir curarnos, y entonces, y solo entonces ganar la partida. Que no
podemos querer alguien estando jodidamente rotos; porque terminaremos pinchando
con nuestros pedazos, que a veces se trata de curarte tú, y el resto; si tiene
que venir; vendrá. Y viniste, y esta vez para quedarte.
Y
ahora sí, ahora puedo decir que te quiero, que te quiero mucho, y que te quiero
bien. Que me quiero mucho, y que me quieres bien.
Y
sobre todo; ahora sí; empate, ganamos los dos, un placer jugar contigo el
partido de vuelta.
0 comentarios:
Publicar un comentario