domingo, 29 de noviembre de 2015

Ya no creo en él, amor.



No creo en el amor desde que creo en ti.

Has borrado todos los motivos para seguir creyendo en algo que está completamente roto, has acabado con todos los principios, todos los finales y todos los puntos suspensivos, solo has dejado silencio. Silencio y unas ganas de desaparecer, de salir corriendo para que nadie venga a recordarme que hace apenas unos días se nos veía tan bien juntos…Lo que nadie sabe es que hace mucho que me estaba consumiendo, que hace demasiados meses que esto estaba roto, por mucho que nos empeñásemos en seguir fingiendo que las cosas estaban bien.

Me inventé tantas formas de seguir a tu lado, tantos motivos para quedarme, tantas escusas para no salir corriendo cuando fui capaz de darme cuenta que aquello no era amor.

Te prometo que lo intenté, quise quedarme, pero no pude.

Te prometo que te quería de verdad, incluso demasiado

Y ese fue el error, cuando quieres tanto es como estar borracho; que no piensas con claridad, no te das cuenta de que estás haciendo el ridículo. Pero…al final llega la resaca.

Y lo de…” no vuelvo a beber” o en este caso“no vuelvo a enamorarme”

Pero es que nadie me dijo que cuando le entregas todo a alguien...Te quedas sin absolutamente nada.

Nadie me avisó que tus principios eran todos mis finales.

Nadie me advirtió que cuando tienes que querer por los dos, terminas doblemente jodida.

Pero te prometo…que esta vez no volveré a beber...

Al menos de tu vaso.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

Un año son demasiados meses sin ti.



Le he dedicado demasiados te quieros al olvido, demasiadas lágrimas al vacío, demasiadas palabras que nunca llegaron a ningún sitio.
Te he buscado en primavera ajena, encontré unos labios donde olvidarte pero me inundó el vacío cuando vi que no eran tus ojos los que besaba.
Me acosté con tu sombra y me follé tu recuerdo la primera noche que desperté sin ti... Y creo que se enamoró de mi porqué ahora nunca me deja sola. 
Me bebí cada uno de tus besos hasta vomitar versos que nunca debí escribir.
Mentí sobre el amor, me creí poeta para no tener que cortarme las venas, escribí verbos en pasado aún teniéndote demasiado presente.
Escribí sobre el sabor de otros labios, le mentí a la memoria e intenté engañar al olvido. Me salió mal como puedes ver.
Lo nuestro no fue más que un cuento de espadas, a ver quien coño terminaba matando a quien. Y ganaste...
Comprendí que para ti solo fui un verso entre tanta poesía, una metáfora en tu vida, una realidad paralela de un mundo perfecto, un montón de palabras gastadas. Un error que ahora llamas putada.
Es cierto que fui la más hija de puta de todas las mujeres solo por despecho, hasta que la realidad vino a recordarme que no hay nadie que folle mejor que ella.

martes, 24 de noviembre de 2015

domingo, 22 de noviembre de 2015

Permíteme dudarte.



Después de la última decepción me quedé callada, y ahí
supimos que todo estaba roto. Cuando no tuve ganas ni de reprocharte nada, ni
de pedir explicaciones o molestarme en fingir que te creo. Ese es momento de
poner punto y final, cuando ni si quiera te apetece discutir.
Estábamos tan rotos que ni si quiera los besos eran capaces
de arreglar todo lo que nuestras palabras rompían, tan rotos que tuve que
marcharme antes de ver como las ruinas de un pasado me aplastaban. ¿Fui cobarde?
Tal vez, pero no pensaba quedarme mirando cómo todo mi mundo se estaba
derrumbando y no hacer nada por evitarlo. A veces es mejor huir, una despedida a
tiempo también es una victoria.
Era lo mejor para los dos, era momento de dejarnos ir sin
odiarnos antes, sin hacernos más daño, sin portazos.
Y no entiendo tu rencor, es cierto que me fui yo, pero me
abriste la puerta de par en par con tus tonterías, yo salté…Pero fuiste tú
quien ató la cuerda al cuello. Tal vez porque pensabas que no me iría, que sería
capaz de soportar otra desilusión, tal vez debiste escucharme cuando te dije
que era la última vez que me hacías daño. 
Pero tú nunca escuchas…se me olvidaba.
Han pasado los suficientes meses para poder mirarte a la cara
y no romperme, y por eso creo que es momento de dejar claro que nunca dejé de
quererte, pero tú dejaste de demostrar que me querías y por eso me fui. Al
final ya no sé si hacías las cosas sin darte cuenta o en realidad estabas
buscando una despedida y eras tan cobarde que tuve que ser yo quien borrara dos
puntos suspensivos y escribiese un punto y final.
No sé, y ya no importa. Ni si quiera me preocupa si estás
durmiendo con otra,  y si es así…Ojala
sueñes conmigo y al despertar no me encuentres por ninguna cama de aquel viejo
hotel donde juegas a olvidarme.
No entiendo por qué quieres volver ahora, justo ahora que tu
recuerdo ya no me roza, justo cuando empiezo a sonreír y no es por tus labios.
Pero si algo he aprendido en esta vida, es que solo debe haber una despedida… y
yo ya me fui. Y volver sería demasiado arriesgado para un corazón alérgico a
los desencuentros.
Tal vez es cierto eso de que has cambiado, tal vez es verdad
que me echas de menos, incluso a lo mejor empiezo a creerme eso de que me
querías, pero hay trenes que solo pasan una vez, y tu rompiste el billete de
vuelta.
Dices que ahora piensas antes de hablar, que ya no mientes,
que para ti sería lo más importante, que has aprendido a escuchar, que ya no
metes la pata cada dos por tres.  Dices
que has cambiado pero permíteme dudarte, cuando una persona cambia no lo dice,
lo demuestra.  Dices que aún me quieres y…permíteme
dudarte.


 Y sobre todo permíteme
que esta vez sea yo quien no tenga dudas de que marcharme en su momento fue
meterle un gol al destino, adelantarme a un final que estaba escrito, y que
dolió mucho menos hacerlo de golpe a tener que esperar a destrozarnos para
decir adiós. Me fui justo cuando aún tenía fuerzas para, a día de hoy, poder
decir: que hay errores que solo deben cometerse una vez.

martes, 17 de noviembre de 2015

Un saco de defectos



Si quieres hago una lista con todos mi defectos, podría empezar diciendo que me callo demasiadas cosas y luego por la mínima exploto.
Podría contarte que soy un desastre, que siempre apuesto a perder, que pienso demasiado, que le doy mil vueltas a las cosas, que soy una pesada, que no hay dios que me soporte. Que tengo que estar triste mínimo 2 días al mes casi por costumbre, que cometo mil errores al día y me arrepiento al instante. Que soy experta en hacer daño sin darme cuenta. Que compartir tu vida conmigo sería una autentica montaña rusa. Pero, ¿sabes una cosa? Nadie te abrazará por las noches con tantas ganas, nadie se quedará mirando como duermes cómo quien mira al infinito. Nadie va a ser capaz de aprenderse el diccionario de tus silencios de memoria, o de saber que quieres decir cuando no dices nada.
Nadie será capaz de hacer sonreír a la tristeza o de dibujar futuros en tu espalda con tinta invisible.
Dudo que alguien sienta lo que yo siento cuando te miro, aunque yo no sea capaz de explicarlo, dudo que vean en tus ojos ese algo que veo yo. Dudo que te quieran tan fuerte...Tan de verdad.
Al final parece que aún siendo un saco lleno de defectos tengo una virtud y esa es quererte, a mi manera, con peros, con dudas, con reproches, con discusiones, con rayadas…Pero quererte como no he querido a nadie.
Ya le lo dije una vez….Podrán quererte mejor, más…Lo dudo.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Mañana será tarde



Estoy harta de que vengas a buscarme cuando ya me he marchado, si sabes que con un quédate es suficiente...¿Por qué no lo dices antes? Estúpida manía de llegar tarde.

Y ese es el problema, que cuando tú llegas yo ya me estoy marchando, y así no vamos a poder coincidir.

Es pura lógica.

Párate a pensar unos días y pon en una balanza todo lo que sientes y en la otra todo el orgullo, los miedos y las dudas. Y dime que te pesa más, y si después de eso te das cuenta que no quieres estar conmigo...al menos aprende a vivir sin mí.            

No te quedes en mitad de la nada. Porque dueles.

Si quieres me voy, y esta vez de verdad, para que te des cuenta que en realidad me echas de menos. Y si quieres, cuando vuelvas, fingimos que el tiempo no ha pasado.                           Pero no va a salir bien... A mí nunca me hizo falta perderte para darme cuenta que quería estar contigo. Y tú parece que solo recuerdas que no quieres perderme cuando en realidad me has perdido.

Ese es el problema, que Yo te quiero como si mañana te fuese a perder, y tu...Empiezas a quererme mañana, cuando ya me has perdido.

Y así no se puede, llegará un día en que mañana será tarde.

Muy tarde.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Nunca



Como duele darme cuenta que en realidad no me querías, no supiste valorarme, no me respetaste, no me cuidaste, pero al final me he dado cuenta de lo que realmente me estaba haciendo daño es que era yo quien no me quería.
Tenía tanto miedo a quedarme sola...Que preferí seguir perdonando, aun sin merecértelo. Al final me he dado cuenta que es mucho mejor estar sola que rodeada de mentiras.
Y ahora soy yo quien se está enamorando, de mi misma, quien ya no tiene miedo a ver su reflejo en los espejos, quien sonríe sin motivo alguno, quien ya no tiene que hacerse la fuerte...porque realmente lo es.
Y no ha sido fácil llegar hasta este punto, pero al final he aprendido que si duele no es amor, que es mejor salir corriendo, que no vale la pena. Y menos mal que tuve fuerzas para salir de un lugar que ya estaba destrozado.
Al final la felicidad la tenía a la vuelta de la esquina, solo tuve que tocar fondo mil veces para atreverme a seguir caminando y descubrir que los finales son un bonito comienzo, pero de otra historia. Que las segundas partes nunca fueron buenas. Y lo que una vez salió mal...Volverá a salir mal mil veces. Y en el fondo lo sabes.
Pero nos empeñamos en quedarnos por miedo al cambio, por miedo a ser felices... sí, estamos tan acostumbrados a la tristeza que nos da pánico sonreír por si luego la hostia es más fuerte. Por miedo a la soledad, hasta que te das cuenta que no hay nada más triste que sentirse sola cuando realmente no lo estás.
Pero un día entiendes que en lugar de darle una oportunidad al pasado...Deberías plantearte dársela al presente, que esa es la única forma de construir futuro.
Créeme que la única forma de salir de ahí es quererte tú, y no esperar a que te quieran los demás para sentirte bien.
Porque si tu felicidad depende de alguien...Nunca serás feliz.
Nunca.


domingo, 1 de noviembre de 2015

Que sea otra



Pero ahora ya da igual.

Esta vez busca a alguien que te dé siempre la razón, que no se enfade contigo, que haga todo lo que tú quieras, que no tenga dudas, ni celos, que no rompa a llorar cada vez que las cosas no van bien. Alguien con quien no discutas nunca, que no te diga aquello que no quieres escuchar, que no se moleste cada vez que metes la pata,  que no necesite que le demuestres que estás ahí, Alguien que no se cabreé por tonterías y luego corra a pedirte perdón, que no sea un completo desastre, que no se raye por cualquier estupidez.

Y ojala la encuentres... Y cuando pase el tiempo te des cuenta que eso no es una relación real.

Y cuando eches de menos que te quieran de verdad, me llamas, y con un poco de suerte entonces soy yo quien no responde

y quizá sea entonces cuando te des cuenta que mi único error,

tal vez, ha sido quererte demasiado.